Capítulo 10: La oscura y solitaria noche

Estaba completamente perdida y el tiempo pasaba demasiado deprisa...


Rápidamente cogí un bocata de lomo adobado de la mochila y con grandes mordiscos me lo comí en 5 minutos. Bebí varios tragos de agua y por último mordí una manzana roja, que estaba riquísima. Tras el corto festín, el sol se escondía bajo las montañas. Estaba sola, en un bosque y en cualquier parte del mundo.

El silencio era audible, la brisa suave y gélida, congelándome la piel. Los susurros de la noche, los pequeños animales del bosque y los aullidos de interminables lobos, me invadieron del sentimiento llamado miedo.

Asustada, encontré una linterna en la mochila, con ella me puse varias chaquetas encima de la camiseta y un pantalón de chándal encima de mis vaqueros para calentarme un poco. También encontré varias mantas con las que me arropé intentando aullentar el intenso frío.

Nunca me había enfrentado al miedo, era peor que enfrentarme a los padres de Mel... No sabía si era capaz de aguantar aquí toda la noche, sola y helada. Pero tenía que sobrevivir y no podía dormir sin descubrir mi pasado.

Sin poder conciliar el sueño, me acomodé en un tronco de un gran árbol, y con la luz de la luna y la linterna, saque el libro tan misterioso y atractivo para mí. Le dí la vuelta para leer el resumen antes de abrirle. Pero para mi sorpresa no había nada escrito, ni siquiera la firma del autor.

No quedaba más remedio que abrirle y leer. Y así lo hice, respirando profundamente preparándome para cualquier cosa inesperada. Cuando lo abrí, en la primera hoja, estaba escrito un nombre. Al parecer era de una chica llamada: "Nadya Stevens".

Su nombre no me resultaba familiar, por lo que seguí leyendo el libro titulado:


-Mi vida sin respuestas-

Cuando desperté en una habitación completamente desconocida para mí, no sabía qué hacer. Era extraño, no me acordaba de nada. Mi cabeza sólo daba vueltas y vueltas en preguntas sin respuestas.... Hasta que encontré un mensaje en un ordenador que había en la habitación. Era de un tal Dalan. Parecía que él conocía lo que me había pasado y me decía que fuera fuerte y que no confiara en nadie de mi alrededor. Cuando leí aquello, no sabía si era mentira o verdad, pero era la única prueba que tenía y confíe en ella.

Una sensación extraña invadía mi cuerpo, no sabía lo que iba a pasar, estaba asustada y sin saber qué hacer...


Pare de leer y cerré el libro de un golpe. Ahora si que no dormiría ni siquiera una hora. ¿Cómo es posible? A Nadya la había pasado lo mismo que a mi. ¿No era la única? Cada vez que descubría algo nuevo, las cosas se complicaban. ¿Quién es Nadya? ¿Qué la había pasado? Sin duda la había ocurrido lo mismo que a mi. Pero no entendía a Dalan... ¿Había escrito el mismo mensaje? Si, eso estaba claro. ¿Qué quiere Dalan de Nadya y de mi? ¿Podía confiar en él? Las dudas no me dejaban elegir qué hacer...

Ya no tenía que buscar a Dalan, sino a Nadya. Ella me ayudaría y seguro que me contaría su historia. Tenía curiosidad por seguir leyendo, pero también miedo. ¿Se había encontrado Nadya con Melanie? ¿Y con sus padres? ¿Sabría qué órdenes cumplían y quién estaba detrás de todo esto?

...

Alzé la mirada, apoyando mi cabeza en el árbol y miré el cielo oscuro. La luna brillaba como un sol blanco rodeado de pequeñas estrellas en un fondo azul oscuro. El aullido de los lobos era un leve susurro, la brisa había cesado y por un momento respiré la tranquilidad de la noche. Deje de pensar, estaba agotada, necesitaba dormir.

Una lágrima recorría mi mejilla y lentamente mis párpados pesaban demasiado, la luz de la linterna se apagó, el silencio me invadió. Mis 5 sentidos desaparecieron. No sentía, ni olía, ni veía, ni oía, ni podía distinguir los sabores del momento... Me estaba durmiendo sin darme cuenta del tiempo.


Poco a poco volví a abrir los párpados lentamente. Me encontraba en el mismo lugar del bosque donde me había quedado dormida, estaba amaneciendo. La mañana era tranquila, bastante serena. La brisa era suave. Todavía hacía frío, era muy temprano. Los destellos del sol comenzaban a alumbrar a través de las espesas hojas de los árboles. Volví a sentir los 5 sentidos en mi cuerpo, incluso el sexto que todas las chicas tienen. Agudicé la vista mirando a mi alrededor, pero todo estaba igual que por la noche. Nada había cambiado. Solo pude apreciar el olor a verde del bosque y la luz del sol haciéndose más fuerte, iluminando toda la espesura. De repente, algo dorado brilló a mi alrededor. Solo tenía levemente el sentimiento de miedo. Mis ojos inspeccionaron el lugar por todas partes sin saber de donde provenía aquel destello. Pensé que aquel destelló podía provenir de mis pendientes dorados, de mis pulseras o del collar. Tocaba mi pulsera nerviosa con una mano, mientras que la otra tocaba el collar de mi cuello. Que raro. Ya no tenía el brazo vendado. Y, otra vez ese destello. Lo noté de reojo. Pero no localizaba su procedencia. Era extraño todo lo que estaba pasando. Incuso mi cabeza no hacía preguntas sin sentido. Y entonces lo vi. Mis ojos se abrieron como platos, delante de mi, lo que parecía una sombra, era un chico. Estaba apoyado en el tronco del árbol de enfrente. Estaba en la sombra pero aún así pude distinguir el destello que su rubio cabello. Los pequeños rayos del sol eran los que alumbraban ese pelo tan rubio. El chico era bastante alto y proporcionado, pero no podía verle la cara. Estaba de espaldas, todavía apoyado. Me intenté acercar, pero cuando mis pasos avanzaron los de él también. Empecé a correr y él también. Cansada me paré. El chico imitaba todo lo que hacía, pero era imposible, él no me estaba viendo. Parecía mi sombra que estaba delante, en vez de estar detrás. Apoyé el brazo que tenía las pulseras en el tronco de un árbol. Estaba agotada. Mi respiración era agitada, no por el miedo, sino por el fuerte impulso desesperado al actuar sin pensar. Tenía la curiosidad de saber quién era ese chico y no pensé las cosas antes de hacerlas.

Y de repente, un destello más fuerte me cegó. Pero este destello era de las pulseras de mi muñeca...

Me estaba dejando atónita y atontada...

Devolviéndome a la realidad...


Me desperté bruscamente. Un sudor frío recorría mi cuerpo, pero sobre todo mi cara. Estaba claro, era un sueño. Estaba soñando, pero ¿Quién era ese chico? Eché un vistazo a mi brazo, todavía estaba vendado. También me fijé en las pulseras, estaban en el mismo lugar de siempre sin producir destellos. Sentía el tacto del collar y también de los pendientes.

La mañana era igual que en mi sueño, con el sol iluminando todo. Pero el chico no estaba en el árbol de enfrente. El sueño que había tenido era muy extraño, demasiado extraño. ¿Era alguna señal? ¿Por qué no podía verle la cara? ¿Por qué la pulsera brillaba tanto?


Era el peor despertar que había tenido, sin contar cuando me levanté por primera vez, consciente de que no sabía nada...


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Hola Chicas! :)
Feliz 2011 (otra vez). Estoy pesada con el tema del nuevo año! (Lo sé) jajaja
Bueno estaba muy inspirada ultimamente... por lo que he escrito pronto este capítulo, así que no os quejéis de la tardanza! ;)

Espero que os guste, creo que es el que más me ha gustado de todos los que he hecho hasta el momento. Me gusta el sueño de Sophie. Es raro. Y también la historia de Nadya... Ahí lo dejo! :)
Estoy buscando fotos de Nadya, pero es muy difícil, tenía una perfecta para este personaje pero como se me borró...pues estoy buscando fotos parecidas...
Espero que os guste! :)
Besos
~~AndRea~~

PD: Primera entrada del año!! Que ilusión! xD