domingo, 20 de febrero de 2011

Premio! :P

Bueno he recibido el mismo premio de Laurta, Lisa y Noelia!
Muchas Gracias Chicas! ;)





Las reglas son que tengo que contar 7 cosas sobre mi y despues premiar a 15 blogs! ;)

1.- Soy muy vergonzosa y tímida, creo que son mis mayores defectos...
2.-Me encanta escribir y leer, sin estas dos cosas esenciales, mi vida no tendría sentido.
3.-Me gusta salir con mis amigas, ellas son las que me sacan una sonrisa todos los días.
4.-Me cuesta confíar en la gente, porque cuando menos te lo esperas recibes una puñalada por la espalda y no sabes cómo salir de la situacion.
5.-Amo la música, con ella me identifico porque expresa lo que estoy sintiendo en cada momento. Mis grupos favoritos son Paramore, Evanescence... y muchos más porque cada día descubro uno nuevo.
6.-Me preocupo por los demás y les ayudo en lo que puedo.
7.-Mis colores favoritos son el morado y el negro.


Tengo más cosas que contar sobre mí, pero como solo piden 7, resalto esas. Y bueno, sobre dar el premio a 15 blogs creo que ya lo han recibido, asi que por no darlo otra vez, dejo que quien quiera el premio que lo coja.
Muchas gracias otra vez por seguirme y darme premios como este! ;)
Muchos Besos
~~AndRea~~

lunes, 14 de febrero de 2011

Capítulo 14: Izan (Parte 2)

Cuando terminé me tumbé en el césped mirando el cielo azulado con alguna que otra nube de diferentes formas, tantas que me entró el sueño y dejé que mis ojos descasaran acompañados de una inspiración tranquila y profunda...


Sentía que mi cuerpo flotaba en una nube, esponjosa y suave al tacto. Tan cómoda como una cama y relajante como el sonido de las olas del mar. No estaba pensando en nada. Solo sentía como el aire me acariciaba la cara con una brisa ligera y con un toque del dulce aroma de una colonia varonil. Era un olor familiar y bastante atractivo.


-¡Señorita "dormilona"!- susurró una voz en mi oído.


Sin duda era Izan, pero ¿me había quedado dormida? Estaba tan cansada que no era capaz de reconocerlo. Además, esa sensación de tranquilidad y paz dominaban mi cuerpo y mente que tenían pereza de salir de aquel estado pacífico… hasta que abrí los ojos con la ilusión de encontrarme con Dalan, aunque sabía perfectamente que era Izan. ¿Por qué estaba obsesionándome con Dalan?


-¿Me he quedado dormida?-Su gesto de afirmación era evidente.

-Eso parece...no quería despertarte porque necesitabas descansar, pero ya es hora de continuar.-Dijo con tranquilidad. Sinceramente era muy amable, tal vez demasiado.

-¿Qué hora es?-Pregunté sabiendo que pronto empezaríamos a caminar.

-Las 5 y media.-Señaló con el dedo índice la hora del gran reloj que tenía en su muñeca izquierda- Sobre las 6 anochece y perderemos de vista el camino de vuelta, así que date prisa.-No parecía enfadado, más bien contento de que yo había descansado.

-No habrás cogido mis cosas ¿verdad? -Le lancé una mirada amenazante y él se rió a carcajadas de mí.


Al mismo tiempo se agachó para coger su mochila y ponérsela al hombro mientras yo le contemplaba fijamente. Izan se paró y me miró directamente a los ojos. Unas chispas de su mirada me quemaron obligándome a parpadear, pero a la vez sentía que no podía apartar la vista de su mirada. Tras unos segundos que parecieron eternos, me ofreció su mano para que me levantara.


Entonces alcé la mía para cogerla y con el simple roce de su piel una imagen vino a mi cabeza.



Alas. Unas alas preciosas, muy singulares y extrañas. Poco a poco la imagen se iba alejando y en ella apareció la silueta de una chica. Estaba de perfil, sentada con las manos abrazando sus piernas y mirando al horizonte. No podía distinguir quién era. Su silueta estaba oscura, pero lo demás lo veía nítidamente. Un árbol bastante familiar para mí. Con un tronco ancho y alto. Parecía que la estación en la que se encontraba era el otoño, ya que, las ramas estaban casi vacías y con las hojas teñidas de un color marrón y granate. Además podía ver cómo algunas de ellas se desprendían de las ramas. El sol se escondía entre las nubes, por lo que estaba anocheciendo. Lo más interesante era aquella chica pensativa con sus magníficas alas... Estaba sentada en el acantilado y el mar parecía estar en calma. La imagen no me quería mostrar su rostro. Sólo la forma de sus alas y el paisaje que la rodeaba.


Todo esto ocurrió en milésimas de segundo, ni siquiera había cerrado los párpados y pude contemplar otra vez la expresión de Izan esperando a que me levantara. Ahora estábamos completamente con nuestras manos unidas y yo intentando salir del estado de shock.

No podía creer lo que había visto. Seguro que serian imaginaciones mías. Pero, ¿Y si es Nadya? ¿Qué hace allí? ¿Por qué tiene alas? ¿Qué especie es? ¿No es humana? ¿Qué oculta? Y lo peor de todo… ¿Y si soy yo? Un fuerte escalofrío inundó todo mi cuerpo que hasta Izan lo notó. Sin embargo, él no sabía el motivo de tanta preocupación.


-Parece que tienes frío. Venga en seguida nos ponemos en marcha- Dijo recogiendo las mochilas mientras yo permanecía quieta como una estatua de pie, sin saber qué hacer , sin saber qué decir, sin saber cómo reaccionar…


Izan volvió a coger mi mano y tiró de ella suavemente para que mi cuerpo inmóvil pudiera continuar caminando. Automáticamente comencé a andar por la fuerza del impulso de Izan. Me miraba preocupado. ¿Y si él ha visto lo mismo que yo? Tenía que saberlo.


-Izan, ¿has notado algo extraño cuando me has levantado?-Mi voz sonaba fría. Izan seguía sin soltarme ni siquiera habíamos parado de andar.

-No, ¿por qué lo…-Dijo preocupado y nervioso.

-Chhts no hagas preguntas.- Le recordé.- Entonces, ¿Por qué actúas así?-No entendía su nerviosismo.

-Es tarde, hay que darse prisa.- Estaba segura de que él también lo había visto, su mirada ya no era cálida, más bien gélida.


La tranquilidad por la que antes navegaba había desaparecido dando lugar a la desconfianza, el miedo y los nervios que ambos sentíamos desde que nuestras manos se rozaron. Él me ocultaba algo relacionado con la imagen que acababa de ver y ahora no me iba a rendir después de todo lo que había pasado.

Izan me soltó cuando vio que ya podía caminar por mí misma y seguir su ritmo acelerado. No podía disfrutar del paisaje a causa de la preocupación. El aire puro que respiraba era el único que aliviaba un poco mi dolor. Más de una vez mis lágrimas quisieron salir y recorrer mis mejillas, pero por más que quería permitirlo no podía demostrar debilidad delante de nadie.


La caminata duró más que por la mañana. El sol todavía no se escondía tras las montañas y parecía que quería verme sufrir lo largo que era el camino. Al ver que no hablaba, Izan empezó a preocuparse y no paraba de hablar. Solo oía el ruido de su voz que estaba resonando en mi cabeza cada dos por tres.


-¡IZAN! Para de hablar ¡YA!- Grité furiosa.


El me miró extrañado.


-Sophie, no he hablado desde que comenzamos a caminar… ¿Estás bien?- Se paró en seco y me miró fijamente como nunca había hecho.

-Si… lo siento. Pensé… creí… que te había oído hablar… lo siento.- Estaba más confundida que nunca. Juraría que lo acababa de escuchar comentando el paisaje.

-No pasa nada, estamos a punto de llegar.- Quizás había eco y por eso escuché a Izan. El frío me habría taponado los oídos o algo por el estilo, porque no era capaz de sacar otras conclusiones y comerme la cabeza más de lo que estaba.- Pronto podremos ver las luces del pueblo.-Izan seguía hablando -La vista es preciosa, porque estamos en uno de los puntos más altos de la montaña. Ya solo queda la bajada pero nos vendría bien descansar 5 min.-Él estaba animado, al contario que yo.


No paraba de mirar al suelo e inundarme en mis pensamientos. Izan estaba intentando cambiar de tema y ayudarme mientras yo pasaba de él. Tarde o temprano tendría que agradecerle todo lo que estaba haciendo por mí. Me había encontrado y salvado del bosque y ahora me iba a llevar a un lugar seguro, aunque vaya donde vaya, sola o acompañada, todos los sitios serán peligrosos para mí.


La espesura del bosque había desaparecido, el césped ya no estaba. Ahora lo sustituían pequeños cuadraditos brillantes unidos con una especie de pegamento. Pude notar como la noche ya estaba sobre nosotros. Un centello de luz provenía a mi derecha por lo que pude ver la sombra de Izan que estaba quieta delante de mí. No quería levantar la mirada. Seguía cabizbaja pensando sin poder parar. El viento resoplaba con más fuerza que durante el día.



-¿Ya hemos llegado?-Pregunté cansada de la pausa.

-Falta poco, pero antes tienes que ver esto.-Yo seguía parada y sin mirarle. Pero él decidido se acercó y me empujó suavemente por los hombros para que me acercara a algún sitio.-Por la noche las vistas son... espectaculares, impresionantes, fabulosas...-Dijo contemplando algo.


Al final le hice caso. Sabía que sino miraba lo que me estaba enseñando no continuariamos el camino. Asi que vencida levanté la mirada y me quede sin palabras, sin aliento...




-Son... ¡MAGNÍFICAS!-Dije asombrada al ver las luces de la ciudad encendidas en mitad de la noche.

-¿Te gustan? Ya estamos en Seabrooks. Mi casa está a la derecha de la avenida. Hay dos bajadas, una a la izquierda y otra a la derecha, asi que iremos por esta.-Dijo señalando una acera un poco empinada y llena de luces.

-¡Me encanta! Este lugar es precioso.-Miré a mi alrededor. Detrás de mi estaba el comienzo del bosque lleno de oscuridad. A la izquierda el mismo paseo que el de la derecha. A mi lado había una farola y al otro un banco para disfrutar de las vistas que el horizonte ofrecía sobre la ciudad.

-Si, es muy bonito. Venga vamos.-Dijo mientras se dirigía a la derecha.

-Izan-Le llamé y el se dió la vuelta. Era el momento de saber más cosas sobre él. No quería que llegara de improvisto y me encontrara con sus padres o con cualquiera sin avisar.-¿Qué dirán tus padres si me ven llegar contigo a casa? ¿No deberías avisarles antes de que teneis visita? No quiero sorprender a nadie... y menos a tu famila después de todo lo que estás haciendo por mí.-Su aspecto se volvió más triste de lo normal.

-No hace falta que te preocupes por eso, vivo con mi hermano mayor. Mis padres ya... no... ya no están.-Se atrevió a decir a pesar de que estaba temblando de dolor.

-Lo siento mucho Izan. No lo sabía. ¡Lo siento!-Mierda, mierda, mierda... Lo sabía. No tenía que haber dicho nada. ¡Qué tonta soy!

-No es culpa tuya. Pero mejor no hablemos del tema... Tengo ganas de volver pronto.-Dijo

-Está bien.-Quería saber el nombre de su hermano pero no era un buen momento para hablar de su familia.




Me sentía culpable por haber hecho que Izan recordara a sus padres. Aún así no había especificado si estaban muertos o desaparecidos. Seguro que ahora sentía mucho dolor por lo que no podía hablar. Le entiendo, no es fácil olvidar a personas que quieres, pero al menos él conoció a su familia y tiene a su hermano para que ambos se cuiden. Al fin y al cabo yo no sé si tengo y espero encontrar algo o a alguien de mi familia...


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LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO! =(
Sé que he tardado un... ¿MES? en publicar este capítulo, pero como comprendereis el estudio, varias excursiones que he tenido (he ido a ROMA a cantar y a Andalucía de fin de curso) me han quitado el tiempo para escribir y si le añadis que el 18 de Marzo fue mi cumple... Pufff he tenido un mes muy ocupado, sin tiempo y casi sin inspiración. Pero al menos ya teneis la recompensa y con alguna que otra imagen! :P
Muchísimas gracias a todas por estar ahí y comentar! ^.^
Y como siempre, espero que os guste! :)
Muchos Besos!
~~AndRea~~