domingo, 30 de enero de 2011

Capítulo 13: Izan (Parte 1)

Y acurrucada con mis propios brazos conseguí inconscientemente dormir con las últimas fuerzas que me quedaban...


-Chica. ¡Despierta!-Dijo una voz cercana y extraña.

Abrí los ojos de golpe. Enfrente de ellos, encontré la mirada sorprendida de un chico encantador, bastante guapo y desconocido para mí. Me impresioné cuando le observé cómo me miraba fijamente a los ojos. Los tenía de un azul turquesa preciosos... Además de ser guapo, parecía amable y simpático.

-¡Vamos! ¡Corres peligro aquí tu sola!- Continuó diciendo.

La verdad es que no quería escucharle más, sino estar ahí quieta, abrazándome a mi misma e intentar olvidar lo que sabía. Volví a cerrar los ojos, desapareciendo aquel chico de mi vista. Aunque podía oír perfectamente como protestaba en susurros.

-¡Vete!- Dije con pocas ganas.

-Tienes que venir conmigo. ¡Vamos!-Insistió.

-Lo siento, pero estoy muy bien aquí...- Sentí como él me cogía del brazo intentando levantarme, aunque yo no quería. Al final tuve que abrir los ojos para saber dónde pisaba. No me fiaba mucho de él.

-¡Vete! ¡Dejame en paz! ¡Quiero estar sola! - Pero no podía negarme. El chico era muy fuerte y yo demasiado débil.

-Venga, ven, yo te ayudaré. Confía en mí- Las últimas palabras hicieron que me estremeciera.


Esas palabras me sonaban de algo, en la nota de Dalan decía que no confiara en nadie, pero parecía que daba a entender que en él sí... Y este chico no era Dalan, si lo fuera, sabría mi nombre y según las descripciones de Nadya, Dalan era rubio, no moreno.


-¿Qué? ¿Quién eres? No te conozco y no hace falta que te preocupes por mí. Estoy bien. Vete tu solo. Adiós.- No me apetecía mucho estar en compañía y menos con desconocidos...

-Me llamo Izan. Pasaba por aquí y cuando te he visto pensaba que estabas muerta, por eso te quiero ayudar... Además, no parece que estés en muy buenas condiciones para andar sola por este bosque...- Se calló cuando vio mi expresión enfadada por el mal despertar.


-No hacía falta que te molestaras.-Conteste rápidamente. Estaba de mal humor.

-Lo siento...-Hizo una pausa para que le dijera el nombre.

-Sophie- Dije seria. No quería presentaciones ni nada por el estilo

-Lo siento Sophie-Volvió a decir- Sólo pensaba eso... Y por lo que veo, creo que necesitas ayuda. Pareces muy cansada. Te invito a que vengas, si tu quieres, claro.-Dijo más animado.


Estaba indecisa. No quería relacionarme con más gente, pero por otra parte, necesitaba reponer fuerzas. No me vendría mal descansar un poco y salir de este solitario bosque. Si Izan quería hacerme algo peligroso ya lo habría hecho, hay algo en él que me inspiraba confianza.


-Está bien. Iré contigo. Pero con una condición.- Él me miró con una cara extraña, como si le diera miedo la condición.

-¿Cuál?- Dijo dudoso.

-No hagas preguntas, porque no obtendrás respuestas- Dije seriamente, aunque en mi interior estaba riéndome de la cara de susto de Izan.

-De acuerdo. Aunque caminar en silencio no es lo mio...- Hizo una pausa, pensando lo que iba a decir a continuación-... supongo que tu si podrás hacerme preguntas ¿Verdad?-Insinuó con picardía en el tono de voz.

-Exacto.-Al menos le conocería y podría saber si confiar en él o no.

-Entonces vamos. El paseo va a ser muy largo y hay que darse prisa.-Dijo con ánimo.


Me ayudó a recoger la mochila, mientras que yo metía el libro sin que él se diera cuenta. Quería llevar la mochila pero Izan se negaba.

-Dejame a mí. Tú estás muy débil, además no eres tan fuerte como yo- Se empezó a remangar la camiseta de manga corta, dejando al descubierto sus hombros perfectos y exibiendo unos bíceps espectaculares, por lo que no tuve más remedio que aceptar que era fuerte.


Comenzamos a caminar y el silencio se hizo presente. Tenía muchas preguntas que hacerle, pero no sabía por dónde empezar, si conocerle o saber en que parte del planeta estoy, si es que estaba en algún planeta. No tenía valor para empezar. Si fuera Dalan no pararía de hablar, pero no era así...

-Bueno ya que no puedo hacerte preguntas...-Decía Izan tranquilamente- Es lógico que las hagas tú, señorita Sophie.

-No me llames así-Dije malhumorada. No podía llamarme señorita cuando tal vez no lo era.

-Lo siento, sólo era una broma. No pensaba que te iba a molestar- Dijo mirándome a los ojos con muestra de arrepentimiento.

-Bueno déjalo, estoy de mal humor. Pero no puedes preguntar por qué, así que es mi turno- Dije cambiando de humor. Tenia que alegrarme un poco. Al menos ya no estaba sola.

-Dispara- Y me guiñó un ojo con una dulce sonrisa.

-¡Qué pena! No tengo arma para hacerlo- Dije conteniéndome la risa.

-JAJAJA ¡Qué graciosa eres!- Tomó un largo respiro- Ahora en serio, prengúntame lo que quieras...- Dijo con sinceridad y su dulce sonrisa.

La verdad es que me lo estaba pasando bien. Sinceramente no esperaba encontrarme con alguien, y menos con Izan. Pensaba que me encontraría cara a cara con Dalan y Nadya. Pero al menos, hablar con alguien real confirma que no estoy loca ni obsesionada con el mismo tema. Y ahora me doy cuenta de lo que realmente necesitaba eran risas sin sentido. Algo para escapar de la soledad inquietante y pegada a mí ser. Pero siempre se agradece recibir algo de información.


-¿Dónde estamos? ¿Qué hacías en el bosque tú solo? ¿Por qué no pasaste de largo cuando me vistes? ¿Por qué me quieres ayudar? ¿Qué edad tienes? ¿Dónde vives? ...- No se me ocurrían más preguntas.

-¡Para! De una en una.- Pensó por un instante cómo empezar y continuó- Estamos en el bosque...-Le corté con una mirada asesina.

-Hasta ahí llego yo sola. Deja las bromas para luego- Dije cabreada porque no se lo tomaba de verdad.


-Está bien. Estamos en Seabrooks. Estaba buscando setas, pero no he encontrado ninguna y como te vi tumbada, pensé que necesitabas ayuda porque tu aspecto no es que sea muy bueno... Eres muy curiosa en saber mi edad... ¿Por qué no la adivinas por ti misma? ¡Seguro que no aciertas! JAJAJA Todavía queda un largo camino, ya lo descubrirás por ti misma... - Me quedé asimilando la ciudad dónde nos encontrábamos.


-¿Seabrooks?- Fue lo único que pude decir. Estaba paralizada.

-Sí, bueno, seguro que no la conoces porque es una pequeña ciudad que está en el Estado de Atlanta de los Estados Unidos...- Menos mal que me lo explicó porque todavía me costaba entenderlo.

-La verdad es la primera vez que escucho el nombre... pero debe de ser bonita.-Sonreí, por fin sabía dónde me encontraba.

-Sí, es muy bonita, algo antigua, pero tiene su enganche y atracción.-Estaba segura de que le gustaba mucho Seabrooks, no paraba de decir cosas buenas de su ciudad.

-Pareces muy orgulloso de vivir aquí.-Dije convencida de mí misma.

-¡Y que lo digas! Existe una leyenda muy peculiar, pero debes leerla por ti misma.-Se giró y por primera vez en lo que llevábamos hablando me miró directamente a los ojos.

-Bueno si tú me guias encantada de conocerla- ¿Por qué había dicho eso? Me ruboricé. Él seguía mirándome más alegre que antes y yo me estaba poniendo cada vez más nerviosa. El nombre de la ciudad era familiar para mí, pero no lograba saber el por qué, ya que nunca le había oído- Por cierto, - Quería cambiar de tema lo más pronto posible ante esta situación tan extraña- no me has contestado a tu edad. ¿Estás sordo y quieres que te repita la pregunta o no sabes contestarla por miedo de que me ría de ti?- Empecé a reírme a carcajadas sin poder contener la risa en mi garganta.


-JAJAJA Tienes un buen sentido del humor. Adivina, adivinanza...-Le lancé una mirada más que cabreada, no me lo quería decir. Era injusto. Seguro que se estaba vengando porque no podía hacerme preguntas.

-No sé... ¿18? ¿17? ¿16? ¿15? Aunque pareces más mayor.-Él empezó a reírse.

-Decídete. Yo creo que tu tienes 16 o 17.-Dijo meditando con una gran sonrisa exterior e interior. No sabía exactamente mi edad, pero lo más probable es que Izan tuviera razón.

-18. Pero para cumplir 19.-Dije convencida de que era la respuesta correcta.

-¡Fallaste! Tengo 17 y dentro de unos meses cumplo 18. Casi aciertas, Sophie no tienes el sexto sentido que todas las chicas decís que tenéis. Me has decepcionado.-Su tono era bastante sarcástico.

-¡Qué lástima! ¿Verdad? Solo estoy haciendo con que no sé las cosas, pero en realidad, sí que las sé...-Dije siguiéndole la broma.

-¡Lo que tú digas Señorita "sabelotodo"!-Continuó Izan.

-Habló el "sabiondo"- Contraataque, estaba divirtiéndome como nunca.


Me sacó la lengua haciéndome el gesto de burla y los dos nos empezamos a reír. Era la hora de tomar un descanso y comer algo. Él dejó mi mochila en el suelo y se quitó la suya de la espalda. Empezó a rebuscar en su mochila algo para comer. Habíamos avanzado unos 5km y no me había enterado del tiempo que habíamos andado. Me sentía segura a su lado sin saber por qué. Al cabo de un rato saco dos bocatas bastantes grandes, pero con el hambre que tenía era capaz de comerme el mundo entero.

Me lanzó uno de ellos y yo ágilmente lo cogí. Era de bacon con queso, no estaba caliente pero eso me daba igual. Estaba rico y parecía mentira que en 5 min me lo terminara entero. Izan se quedó alucinado, terminé antes que él. Me preguntó que si quería más, pero estaba llena. Bebí una de sus botellas, mientras él terminaba de comer.



Cuando terminé me tumbé en el césped mirando el cielo azulado con alguna que otra nube de diferentes formas, tantas que me entró el sueño y dejé que mis ojos descansaran acompañados de una espiración tranquila y profunda...


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Hola Chicas! ;)
Qué tal? Lo siento si tardé mucho en publicar! :(
Bueno este capítulo quería hacerle normal, como los otros, pero la inspiración ha hecho que le divida en dos partes porque sino es muy largo... :P
Y bueno aquí está, no me enrollo más. Como siempre espero que os guste!
Ahh y gracias por votar en la encuesta! Estoy contenta de que os esté gustando la historia!
Muchos Besos
~~AndRea~~

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jueves, 20 de enero de 2011

Capítulo 12: Debilidad

En fin, ella había tenído la suerte de encontrarse con Dalan, aunque había posibilidades de que no fuera él...


No podía reaccionar ante la información de la que ahora disponía. Estaba congelada. No había sido buena idea leer el libro. Pero tenía que reconocerlo, estaba tan enganchada al libro de Nadya, que ni siquiera podía sentir lo que me pasaba a mí. ¿Por qué Nadya se había encontrado con Dalan y yo no? Eso era muy extraño e injusto. No paraba de pensar en el libro que había escrito, pero estaba anocheciendo y lo aparté para seguir después.


Los escalofríos todavía seguían en el interior de mi cuerpo, llegaban hasta el interior de mi alma.
Estaba débil. Sólo me quedaba una botella de agua y nada para comer. Decidí dar una vuelta alrededor de los árboles para comprobar la zona. Iba a pasar otra noche sola y fuera de un lugar protegido y quería asegurarme de que estaba sola del peligro.

Agudicé la vista lo más posible que pude. Mis ojos estaban atentos a cualquier movimiento. Todos mis sentidos estaban en alerta de cualquier peligro. Lo peor era que no tenía nada con que protegerme. Solo el valor.

Conseguí dar varias vueltas con las pocas fuerzas que me quedaban, sin encontrar a nadie ni nada fuera de lugar. Ya era plena noche y se podía ver el cielo oscuro, lleno de pequeñas estrellas que alumbraban la noche con la luna llena.

Otra vez esa misma sensación cuando apoye mi espalda en el árbol. Otra vez los mismos escalofríos, pero ahora me afectaban más. La noche era siniestra y amenazaba con asustarme aprovechándose de mi debilidad y soledad.

Esta vez no se si podría dormir tranquilamente. Necesitaba saber más. Estaba abandonándome pero tenía que leer y leer. Eso era lo único que podía pensar. Cuanto más leía, más respuestas podía obtener, además de conocer más a Dalan y Nadya... Pero estaba cansada de seguir mi camino sola. Mis fuerzas se agotaban cada día más.

El bosque me hacía sentirme en casa, aunque no me ayudaba en nada. Necesitaba compañía fuera buena o mala... ¡NO¡ me dije a mí misma. Retiré lo que acababa de pensar, no podía rendirme tan fácilmente y dejar todo a medias.

Decidí seguir mi camino sola y así lo cumpliré. Esto no podía quedar así... Por unos instantes me olvidé de todo. Intentando buscar unos momentos de paz y tranquilidad. Aún así, mi cabeza solo pensaba en abrir el libro y seguir...


[...]

Estaba inconsciente. Ese chico era perfecto...


Mis párpados comenzaron a desesperezarse lentamente. Una luz blanca provocó que los volviera a cerrar. Pero ellos curiosos no se rindieron y poco a poco consiguieron adaptarse a la luz blanquecina del techo.

Algo inmovilizaba mis brazos y mis piernas. Sentía escalofríos en la parte inferior de mi cabeza, una corriente de energía recorría todo mi cuerpo. Podía sentir como por mis venas fluía esa corriente tan extraña y dolorosa a la vez.

Cada vez aumentaba más ese dolor, intenso y depredador de mis venas. Un grito se escapó de mi garganta. Estaba sufriendo un cambio en el interior de mi cuerpo. El eco resonaba por toda la habitación blanca. Ese dolor estaba asentándose en todo mi cuerpo. Podía distinguir el ruido de diferentes aparatos. Cada uno con una función científica.

Una gota de sudor recorría mi frente y de repente el silencio se presentó sin llamar. Mis ojos se cerraron cansados de ver todo blanco. Intente recordar que paso cuando me desmayé al ver a Dalan. Pero no podía. Unas voces extrañas se oían a lo lejos, pero no podía entender nada.

Quería pronunciar un nombre, solo una palabra con dos sílabas...

-Da...lan...-Logré decir débilmente.

Parecía que nadie me había escuchado, ya que las voces seguían ablando entre ellas.

-Dalan...-Respire profundamente y seguí después de una corta pausa-...¡¡DALAN!!- Por fin un silencio rotundo invadió el espacio después de mi grito.

Mis ojos todavía permanecían cerrados. Mi cuerpo estaba quieto por el cansancio. Solo tenia las fuerzas suficientes para respirar y oír unos pasos lejanos que se acercaban.


Poco a poco recupere más fuerzas de las que esperaba conseguir mientras los pasos cesaron cerca de mi rostro. Podía escuchar una respiración y sentir la expulsión del aire en mi piel.

Sabía perfectamente que era Dalan o al menos tenía el presentimiento de que era él.
Abrí los ojos y me encontré con unos ojos azules preciosos. Tanto que podía ver a través de ellos lo que Dalan sentía. Era una especie de deseo y paciencia a la vez. Estuve inundada en aquel azul cielo imposible de separarme de el. Los minutos que pasaban se me hacían eternos en los que no quería que el tiempo pasara.

Y para mi sorpresa, Dalan se acerco más a mi. Nuestras respiraciones estaban unidas por una sensación imposible de describir. Pase de ver luces blancas al azul cielo de sus ojos. Su mirada era inquietante e irresistible, no paraba de mirarme con una expresión tierna y cariñosa.

No podía parpadear y perderme aquellos intensos ojos...

De repente Dalan se acercó poco a poco a mi boca y me besó. Era extraño, pero nuestros labios se movían perfectamente el uno con el otro. Como si algo nos enganchara. Una fuerza mas allá de la humana.

No quería que en este momento se acabara, quería parar el tiempo y nunca separarme de Dalan. Pero lo bueno siempre se acaba y él se apartó de mi. Me dejó con ganas de más, pero al menos pude ver que sus ojos estaban en frente de los mios. Eso me alivió, todavía no se había ido y me había dejado sola.


Cansada del dolor repentino que había sufrido, dejé que mis párpados se cerraran profundamente, con una sonrisa dibujada en mi cara...



Mis manos temblaban y el libro se resbaló, cayendo en un ruido silencioso al oscuro césped del bosque. Tenía que hablar urgentemente con Nadya. No podía esperar más. La envidiaba un poco, ella estaba con él y podía preguntarle cualquier cosa. Además de que tenía protección y no estaba sola.

Por otra parte ella estaba sufriendo, creo que la estaban sometiendo a pruebas científicas... Pero ¿Por qué lo hacían? Lo primero que pensé era que ella tendría alguna enfermedad, pero si lo tuviera se lo habría dicho Dalan inmediatamente...

Me daba mala espina pensar en otras posibilidades, no quería ni nombrarlas. El tener los pensamientos confundidos me hacían dudar en quién confiar de los dos o quizás en nadie. Solo tenía que confiar y estar segura de mí misma.

Levanté la mirada intentando buscar algo más que consuelo, pero no fui capaz de alcanzarlo. Estaba agotada por leer y preocuparme demasiado. También estaba harta de esta estúpida situación. Dejé que mi mente se relajara, después de todo lo ocurrido lo necesitaba...


Y acurrucada con mis propios brazos conseguí inconscientemente dormir con las últimas fuerzas que me quedaban...


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Hola chicas! ;)
Me encantan vuestros comentarios! :D
He puesto una encuesta para saber que os parece mi historia...
Muchas gracias por comentar! ;)
Y como siempre, espero que os guste!
Muchos Besos
~~AndRea~~

lunes, 3 de enero de 2011

Capítulo 11: Escalofríos

Era el peor despertar que había tenido, sin contar cuando me levanté por primera vez, consciente de que no sabía nada...


Estaba paralizada, desorientada y confusa. Ese extraño sueño era tan vivo y tan... ¿Real? No estaba muy segura. Y el libro todavía era más extraño. Nadya, esa chica era como yo. Al menos había vivido algo parecido a lo que ahora me estaba ocurriendo a mi...

Desayuné una fruta y me cambié de ropa. Me quite los vaqueros y me puse el chandal con las deportivas. Arriba me cambie la camiseta por una negra de manga corta y después me puse la chaqueta del chandal. Empecé a caminar tranquilamente por el bosque, aunque mi cabeza estaba ansiosa por descubrir todo, mi cuerpo estaba tranquilo y sereno, con una marcha ni muy deprisa ni muy despacio. No tenía prisa.

El bosque era inmenso. La serenidad que transmitía era segura. El silencio era agradable. Sólo las pisadas de mis pies sonaban, haciendo un eco entre los árboles. La tranquilidad de la mañana estaba ayudandome a tranquilizarme.

Estuve caminando así durante horas, no tenía un rumbo fijo que seguir y tampoco la presión del tiempo por llegar pronto o tarde. Ya era mediodía y él sol calentaba más que antes. Me desabroché la chaqueta y empecé a buscar algo de comida en la mochila. La caminata me estaba agotando las fuerzas, aunque la verdad, no es que tuviera muchas ganas de seguir con vida. Lo único por lo que quería seguir en pie, era descubrir los misterios sobre mi que tanto costaba desvelar.

Me detuve en seco. Por mucho que mi mano buscaba algo no lo encontraba. Baje la vista hacia el interior de la mochila y solo pude ver ropa y mantas. ¡Genial! logré pensar sarcásticamente. Ya me habían robado lo que me mantendría con fuerzas. ¿Es que no podía estar algún día tranquila? Sin preocupaciones, sin saber nada, sin que me roben...

Si me hubieran robado lo sabría. Había dormido con la mochila al lado y cualquier ruido de alrededor me tendría que haber despertado. Lo más probable es que había desaparecido. Sí, sería eso. No llegaba a otras conclusiones. Quizás se me cayeran cuando me cambié de ropa o tal vez no abroche bien las cremalleras y se habían caído, también podían ser los animales del bosque, o quién sabe, Damien no había metido tanta comida. Además ¿Quién habría sido? En este bosque no había ningún signo de urbanización o personas. Solo ruidos de las hojas de los árboles y pequeños animales intentando sobrevivir.


Estaba cabreada conmigo misma. Parecía que era a la única persona del mundo que la pasaba lo peor. No creo que exista alguien que esté en mi situación, tampoco quiero desearle mala suerte a nadie... Lo que pasa es que no me encuentro muy bien. Estoy sola, confundida, sin fuerzas... Además del extrés de no saber nada y querer saber algo. Y cuando lo sé, preferiría no haberlo sabido... Algo lioso y triste a la vez.

De repente volví a tener una sensación que me atraía a leer el libro de Nadya. Me senté en un árbol bastante bonito para ser un simple árbol. Cuando apoyé mi espalda en el tronco de aquel árbol, una corriente de escalofríos recorrieron mi cuerpo de arriba a bajo. Era una sensación difícil de describir, pero pensé que sería por el contraste de temperatura. Yo estaba casi sudando, sin embargo, el tronco del árbol estaba helado. Lo más lógico y normal era eso, pero no estaba segura del todo. La sensación era muy extraña, quizá familiar. No quería pensar más en aquello, así que volví a sacar el libro de Nadya y seguí leyendo.


[...]

Una sensación extraña invadía mi cuerpo, no sabía lo que iba a pasar, estaba asustada y sin saber qué hacer...


Estaba desorientada en medio de una habitación desconocida, la habitación tenía unos colores azulados, oscuros y claros con matices y contrastes fuertes pero también suaves.
Parecía el océano. Inmenso y sereno. Era muy espaciosa, no sabía claramente si pertenecía a un chico o una chica. Era común. Podría valer perfectamente para los dos géneros.

La nota de Dalan estaba en la pantalla de un ordenador. La habitación estaba proporcionada por todos los lados. Con un armario enorme, una gran mesa de madera y al lado una ventana con cortinas a juego con la pared... En fin , muchos muebles que concordaban entre sí.

Estaba insegura de lo que había leído rápidamente por culpa de los nervios y volví a leer la nota de Dalan:

"Hola Nadya, seguro que no te acuerdas de nada, pero pronto te contare lo que ocurre, aunque tú eres más fuerte de lo que piensas. No tengas miedo, yo te cuidaré y acuérdate de que nunca estarás sola, no lo olvides o al menos inténtalo. Cuídate mucho.
Con cariño: Dalan.”


Ahora comprendía lo que me estaba comunicando. Estaba en peligro y él era el único que me podía ayudar.

Entonces con más confianza y segura de mi misma, sin saber por qué, cómo, cuándo, quién o qué, estaba aquí, despierta sin acordarme absolutamente de nada.

De repente, con un fuerte presentimiento y valor me dirigí a la puerta y la abrí de par en par. Había una luz encendida en medio de un pasillo corto y ancho, con bastantes puertas a sus alrededores. Pero aun así, no podía distinguir muy bien el pasillo. Algún que otro pequeño destello atravesaba las ranuras de las puertas alumbrando un poco más, pero todavía no estaba segura si avanzar y chocarme con algún mueble...

La oscuridad del pasillo me estaba aterrorizando, y decidí seguir adelante. Sabiendo que podía tropezarme y caerme por ser tan descuidada avanzando en la oscuridad. Pero de repente oí voces extrañas, parecía que era otro idioma, bastante extraño. Y casi inteligible.
Pero continué hacia delante...

Y entonces me encontré con un chico hermoso. Parecía sacado de los cuentos de hadas... Podía ser perfectamente un príncipe. Él me sonrió y con ese simple gesto,además de su belleza, hizo que me desmallara.


Estaba inconsciente. Ese chico era perfecto...



No podía creer lo que estaba leyendo. Mis ojos no daban crédito a las palabras que acababa de terminar de leer. Sin ninguna duda a Nadya la pasó lo mismo que a mí. Ella tampoco estaba sola, pero no se encontró con Mel ni sus padres...

En fin, ella había tenído la suerte de encontrarse con Dalan, aunque había posibilidades de que no fuera él...


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Holaa chicas! Qué tal?
Ya terminé el capítulo. Espero que os guste, cada vez está más interesante! :P
¿Os gusta que sea así de largo? Desde hace tiempo me proponía hacer los capítulos más largos... y creo que así o más está bien. Y encima tenía bastante inspiración, me ha costado hacer un final para el capítulo, pero es que sino se juntaría con lo demás...
Espero que os esté gustando! Ya 14 seguidor@s!! Estoy muy feliz, creo que merecía la pena continuar... Muchas gracias por leer y que disfruteis! ;)
Muchos Besos!
~~AndRea~~