Estaba tan pendiente de las cosas que había a mi alrededor... y sin querer, me descuidé con las escaleras que me esperaban a mi derecha...
Me tropecé y caí rodando hasta el suelo.
¡PAM! ¡POM! ¡PUM! ¡PLOF!
...CRACK...
-¡Aaaaaahh!- Chillé con todas mis fuerzas.
No podía creer que me había roto un hueso del brazo. ¡Lo que me faltaba! Ya era bastante complicado hablar con los padres de Melanie y para colmo, que me tuvieran que ayudar a levantarme. ¿Por qué todo siempre me pasa a mí? No lo podía soportar.
Daba por hecho que la madre no me ayudaría, pero para mi sorpresa lo hizo. Esa rigidez que ella tenía en el cuerpo desapareció convirtiéndose en ternura. Me cogió amablemente por el brazo bueno y me ayudó a levantarme del suelo.
El padre se acercó y también me ayudó. Me sentó en el sofá, mientras su mujer se dirigía a la cocina, que estaba debajo de las escaleras. Sus azulejos eran de un azul marino, y siempre con esa mezcla entre el estilo rústico y moderno.
-¿Estás bien Sophie?-Me preguntó el padre de Melanie.
-...eeee...Creo que sí. Sólo es una rotura. Gracias.-Dije intentando fingir el dolor del brazo. No quería mostrar debilidad ante desconocidos.
-¿Segura?-Preguntó otra vez.
Asentí con la cabeza, ya que, no tenía aliento para hablar debido a la sorpresa. ¿Había notado el padre de Melanie que estaba fingiendo? Imposible. No me conocían... o eso creía yo. Se mostraban amables conmigo, en cambio, con su hija no.
Una sensación extraña y familiar me invadía al pensar que ellos me conocían demasiado, pero no lograba entender el porqué de este comportamiento.
-Sopie- Me llamó una lejana voz.-¿Quieres algo para beber? ¿Un refresco?-Dijo la mujer, despertándome de mis pensamientos...
-Agua, gracias.-Logré decir.
En ese momento dejé que mi mente fluyera, como un flash back, las imágenes con las que había vivido hasta ahora para intentar recordar mi pasado. Pero no veía nada, había un bloqueo que no me dejaba descubrir quién era yo. No estaba segura, cada vez que encontraba alguna información, mi mente la bloqueaba impidiéndome verla.
Cuando la revisión a mis recuerdos estaba a punto de finalizar, ya que, me encontraba cansada y rendida, apareció de nuevo en mi mente la nota que leí en el ordenador:
"Hola Sophie, seguro que no te acuerdas de nada, ahora no puedo contarte nada por tu bien, pero tú eres fuerte y puedes sobrevivir tú sola. Una cosa, no confíes en la gente que te rodea, no lo olvides nunca, y acuerdate que nunca estarás sola. Cuídate mucho.
Con cariño: Dalan."
¿Por qué esa nota aparecía cada vez que intentaba recordar algo? ¿Qué me quería decir que yo no lograba ver? ¿Por qué tanto misterio?
No entendía porqué vivía. ¿Porqué había nacido? ¿Cuál era mi fin? ¿Ser una chica, como otra cualquiera, que ni siquiera sabía su pasado?
Quería morir. Así todo tendría un fin. Un desgraciado pero justo fin...
Morir. Morir. Morir. Morir. Morir...
¿Sin sentido? ¿Sin saber por qué estaba allí?
Morir. Morir. Morir. Morir. Morir. Morir. Morir...
Bloqueada, no pensaba en otra cosa, hasta que vi en mis ojos un nombre: "Dalan".
Dichoso Dalan. Dichoso Dalan.
¡Maldita sea!
Dentro de poco empezaría mi interrogatorio y por supuesto también el de ellos. Tenía tantas preguntas sin respuestas que no sabía por donde empezar. Tuve la suerte de que me preguntaron ellos, pero no todas las palabras que salieran de mi boca iban a ser respuestas. Me negaba, yo también preguntaría. No sé cómo, pero lo haría.
-Para empezar, -Dijo la madre de Melanie interrumpiéndome otra vez, ya sentada en una silla con su marido al lado.- me llamo Mireya, encantada de conocerte en persona Sophie.- ¿Me conocía de antes? Me estoy perdiendo.
-Yo soy Damien, también encantado de conocerte al fin.- Dijo serio.
-Veo que me conocéis bastante bien, ¿Puedo saber por qué?- Dije sonando agresiva y ansiosa, no podía aguantarme más.
-Sophie...-Se atrevió a contestar Mireya.- Sé que es difícil para ti estar sola y desconcertada. Por eso estamos aquí nosotros para ayudarte en lo que necesites... si quieres recibir ayuda, solo depende de ti.-Dijo con tono tranquilo.
Algo en su forma de expresarse me hizo desconfiar, cuando hablaba parecía recitarlo de memoria, como si hubiera tenido que aprenderse un diálogo para actuar en teatro. No había dicho nada para que pudiera decir que estaba sola y que necesitaba ayuda. Algo no iba bien, lo veía pero no lo podía asimilar.
Corría peligro estando acompañada, tenía que buscar soluciones rápidas, pero no las lograba encontrar. Era imposible.
-No necesito ayuda, sé cuidarme yo sola. Por eso me voy, este no es mi lugar.-Sus caras estaban intentando ocultar la sorpresa al verme reaccionar así, ellos no se lo esperaban- Pero antes de irme quisiera saber varias cosas...-Dije con la mirada amenazante en los ojos de Mireya.
-Está bien, eres libre de hacer lo que quieras Sophie. Vete cuando quieras, sin embargo, puedes volver siempre que lo necesites.-Dijo con tranquilidad.
Ahora la que se sorprendió fui yo. Algo me ocultaban, lo intuía, y tarde o temprano lo averiguaría, de eso estaba muy segura.
Las expresiones de sus caras me lo confirmaban, sobre todo la de Damien. Mireya era la que hablaba, en cambio, él sólo ponía oídos y ojos en la conversación. Entonces deduje que él estaba inseguro y no se atrevía a hablar porque se le notaría.
Aproveché los últimos momentos para intentar formular mis preguntas, mientras se producía una leve pausa, cada uno pensando en nuestras reacciones...
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Bueno por fin terminé el capítulo!
He tenido una inspiración un poco rara para este capitulo, pero espero que lo entendais y os guste... :)
Tengo que agradecer a mi amiga Jessica por sus comentarios! Nunca me cansaré de decirlo! ;)
Espero que os guste, porque cada vez hay más misterio... y después de tanto misterio, algunas respuestas... :P
Muchiiisimos Besiiitos
~~AndRea~~
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