Cuando me vestí y me sequé el pelo, fui hacia la puerta. Agarré el manillar, lo bajé y poco a poco abrí la puerta esperando a una persona...
Pero había dos personas al otro lado de la puerta esperándome. No era Melanie, eran un hombre y una mujer bastante maduros. ¿Quienes eran? ¿Porqué me miraban con detalle? ¿Qué querían? ¿Por qué tanto silencio?
La mujer era alta, esbelta, con el pelo rubio y recogido en un moño, haciéndola más mayor de lo que en realidad era, y sus ojos eran de un color caramelizado y marrón. Tenía la expresión de desconfianza, sabiduría y enfado. Me miraba fijamente a los ojos, como si intentara ver a través de ellos todo lo que yo no sabía sobre mí. Su mirada me intimidaba, pero a la vez parecía que ella sabía algo y no me lo quería decir, no por miedo ni por ... sino más bien por respeto.
Y el hombre tenía el cabello medio largo, sus ojos eran de color verde, pero con tonos marrones, muy bonitos. Tenía barba, pero no estaba descuidada... era otro rasgo de él, le gustaría porque le quedaba muy sexy y le hacía más maduro. El También me miraba fijamente pero con aire distraido.
Nadie se atrevía a hablar, para mí ellos eran unos desconcocidos, y tarde o temprano me tendré que hacer a la idea de que todas las personas con las que hable serán así para mí.
Solo habían pasado segundos desde que abrí la puerta, pero parecían horas silenciosas.
Las miradas cada vez me molestaban más, no me gustaba que fuera el centro de atención de todos. Quería huir, salir de esa casa extraña, de esas personas, de todo.
Al fin apareció Melanie por el pasillo, ya vestida y arreglada, con la cara despejada. Ella sabía lo que pasaba según la expresión de rostro: "Tarde o temprano tenía que pasar". y Dijo:
-Papi, mami, esta es Sophie. Me despertó cuando dormía, pero lo hizo sin querer, ella solo esta buscando información y yo accedí a ayudarla.- Dijo Sophie con miedo y valor.
-Melanie, sabes que tienes prohibido hablar con desconocidos.- Dijo el hombre con una voz grave.
-Pero papi, ella necesita ayuda, y... -Dijo bajando la mirada al suelo, cuando la mujer la interrumpió.
-...chhtss. Y tu debes obedecernos, diga lo que diga esta chica. Vete a tu habitación Sophie, ahora vamos contigo, pero antes tenemos que hablar a solas con "Sophie"- Dijo la mujer con autoridad sin retirar sus ojos de los mios.
-Estoy de acuerdo con usted, señora- Dije intentando ser formal.
-Bien, entonces vamos a la sala principal, siguenos. Melanie, espero que nos obedezcas, me has desobedecido bastantes veces y te he perdonado, pero la próxima vez no lo haré.-Dijo caminando por el largo pasillo sin mirar a Melanie.
Todo era muy raro, caí en la cuenta de que estos dos adultos eran los padres de Melanie. Pero se comportaban como robots, sin sentimientos, con normas que se tenían que cumplir si o si. Y Melanie todavía era pequeña, ella tenia que jugar y divertirse no amargarse con esa edad. Sobre todo la estricta era su madre, con esa cara seria y sabionda... porque su padre era más alegre y liberal, seguro que él opinaba diferente pero se callaba. ¿Lo habría eclipsado la madre de Melanie? ¿Qué ocultaba ella?
En las miradas de sus ojos se notaba, aunque fuera un poco, que me conocían y sabían quién era yo, cosa que todavía no llegaba a entender... Estaba ansiosa por saber que iba a pasar, ellos podrían darme alguna información, por muy pequeña que fuera, para mí sería muy importante.
Al salir de la puerta del baño y seguir a los padres de Melanie, oí cómo una puerta se cerraba bruscamente a mis espaldas. Sin duda era Melanie, en este momento me gustaría estar a su lado y ayudarla, pero no tenía otra opción que dejarla sola y seguir a sus padres...
Entonces caminamos en silencio por el pasillo anaranjado. A la derecha había otras dos puertas cerradas y en frente, al final de ese acogedor pasillo una última puerta, todas ellas hechas de una madera oscura, se podía decir que eran rústicas, pero parecían ser modernas.
Cuando la abrió el padre de Melaine, su madre me dejó pasar entre medias de los dos. Seguro que desconfiaban de mí, igual que yo de ellos, pero tampoco era para tanta seguridad. No me iba a escapar.
Al abrirse la puerta pude ver tanta claridad, que mis ojos automáticamente se cerraron para que después lentamente mis párpados se abrieran. Al principio seguía viendo mucha luz en aquella espaciosa sala, mis ojos se empezaron a aconstumbrar a aquella luz que provenía de unos grandes ventanales.
La sala era bastante grande, o al menos lo parecía. A mi izquierda se encontraba una estantería llena de libros antiguos y que estaba pegada a la pared de color melocotón, en frente había un sofá enorme, blanco y moderno, con una mesita de madera. A mi derecha había una televisión enorme, que ocupaba bastante espacio en aquel rincón. Y en medio de toda esta enorme sala había una mesa, también de madera, con adornos encima de ella.
Estaba impresionada con la sala. Los grandes ventanales estaban detrás del sillón, que iluminaban todo el espacio de la enorme sala. Miré al techo lleno de focos y lámparas, pero sin duda lo que más me fascinó fue que los muebles eran antiguos y nuevos. Estos combinaban en perfecta armonía.
Estaba tan pendiente de las cosas que había a mi alrededor... y sin querer, me descuidé con las escaleras que me esperaban a mi derecha...
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Holaa que tal estáis? Espero que bien... jejeje
Bueno siento mucho haber tardado siglos en escribir... pero esto de tener que empezar con las clases me desorienta y me quita mucho tiempo para pensar... y últimamente estaba sin ninguna inspiración, así que por eso tarde más... y ya de paso, aproveché que esta semana hay puente... ;)
¡Por fin un poco de relax! xD
Espero que os guste... y decirme si os pareció muy pesado o muy largo...
Cuidaros
Miles de Besiitoss!
~~AndRea~~